En el año 1999 se firmaron en España los primeros acuerdos de colaboración con propietarios de fincas privadas para proteger al lince ibérico. Gracias estos acuerdos, CBD-Hábitat puede hacer seguimiento de la especie, velando también porque las mejoras y trabajos que se realicen en las fincas se adecúen también a las necesidades de los linces.

Y es que muchos de los linces incluidos en los proyectos en los que trabajamos o hemos trabajado viven en territorio privado, en fincas de Andalucía, Extrema dura y Castilla La Mancha. Por eso, los acuerdos con esas fincas nos garantizan que no se tomarán acciones perjudiciales para el medio y que los propietarios se involucran también con nosotros en la conservación de esta especie emblemática.

En el año 2002 se firmaron también acuerdos con los socios del primer proyecto LIFE de conservación del lince ibérico. Desde entonces, con estos acuerdos nos garantizamos que se realice una caza responsable, una correcta actuación cinegética y la adecuación de la gestión. Concretamente, al conservar la caza menor -conejos y perdices-, los cazadores se convierten en aliados para la conservación del lince. En casos extremos, por ejemplo, se arrendó la caza del conejo para preservarla en territorios de linces.

Al amparo de estos proyectos de conservación del lince ibérico, se han contratado jornaleros en zonas rurales para llevar a cabo trabajos de mejora de los hábitats. La mayor parte de los territorios que habita el lince ibérico se encuentran en zonas económicamente deprimidas, dentro de la llamada ‘España vaciada’. Por eso, estos proyectos -unidos al más reciente’ turismo de naturaleza y del lince‘ han supuesto una mejora de la economía local. Visitantes de todo el mundo acuden a ver y fotografiar a uno de los animales más bellos de la naturaleza, repercutiendo positivamente en la economía rural.